Por Guillermo Cabral
Cuando un agricultor compra combustible para su cosechadora, ¿el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) al combustible debe computarse al sector primario? Cuando uno de los mayores productores de soja del país, como Tranquilo Favero, paga el Impuesto a la Renta Personal (IRP) por sus ganancias en el rubro de la soja, ¿se debe computar como un aporte del sector primario o no? Quienes se oponen a una mayor carga tributaria al sector primario argumentan que sí deberían incluirse y por ello desestiman cálculos que sostienen que el aporte tributario del sector agropecuario es pequeño. En este artículo quiero entrar al debate sobre la contribución impositiva del sector primario. Además, con datos que no eran públicos hasta ahora, hago una contribución al mostrar el aporte tributario real del sector primario.
Algunas definiciones y aclaraciones son importantes antes de continuar. Primero, definamos sector primario. El sector primario incluye agricultura, ganadería, explotación forestal, pesca y minería. Agricultura y ganadería son más del 90% del sector primario. Segundo, para definir si un sector aporta mucho o poco, lo que aquí haré es comparar el aporte fiscal del sector sobre el total de la recaudación tributaria, contra el aporte del mismo sector al PIB sobre el PIB total. Si usted siguió este debate en los últimos años habrá leído cosas como que el sector agropecuario aporta el 4% de los impuestos mientras que generan el 27% del PIB, o cifras similares. Tercero, hasta ahora era muy difícil medir el aporte real de cualquier sector económico (incluido el primario) por la escasez de datos. Los cálculos de aporte del sector primario normalmente incluyen el impuesto a la renta agropecuaria (IRAGRO) y el IVA al sector agropecuario. Esos dos impuestos representaron entre 0.57% y el 6.35% de la recaudación total de la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) entre el 2010 y 2017. Pero estos cálculos no incluyen los ejemplos del primer párrafo, es decir, los aportes del sector primario al Impuesto Selectivo al Consumo, al Impuesto a la Renta Personal y todos los otros impuestos. Aquí voy a subsanar ese problema.
Hay dos puntos importantes que quiero agregar a este debate. Primero, el sector primario no es tan grande como se creía y esto tiene que ver con una cuestión técnica. El Banco Central del Paraguay actualizó el año base de las cuentas nacionales para medir el PIB y el aporte del sector primario pasó de un promedio de 23% del PIB a solamente 12%. Este cambio brusco se dio porque esa actualización se hizo después de 20 años, cuando la recomendación es hacerlo cada 10 años. Segundo, existen nuevos datos impositivos que nos permiten medir mejor el aporte de cada sector económico. Estos datos nos dicen que el sector primario aporta alrededor del 6% de la recaudación, es decir, menos de lo que esperaríamos ya que su aporte al PIB es del 12%. Estos datos no son públicos, por lo que se dificultaba su uso para el análisis.
Los nuevos datos impositivos los conseguí gracias al Portal Unificado de Información Pública. ¿Qué tienen estos datos? Tienen la clasificación económica de cada transacción que genera impuestos. Así como una actividad económica el BCP la clasifica en cierto sector económico (agricultura, ganadería, industria, comercio, hotelería, etc.), también la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) hace lo mismo con cada pago de impuestos, los clasifica en los mismos o similares sectores económicos. Lo hace para cada tipo de impuesto, no solo para IVA y Renta. Esto nos permite, por fin, dar un punto final a las dudas que existen sobre el aporte real del sector primario.
El siguiente gráfico compara la contribución del sector primario al PIB y lo que aporta a la SET sobre el total recaudado por impuestos.
El sector primario aportó al PIB cerca del 12% promedio en los años 2013-2017 y su aporte a la recaudación tributaria estuvo en el orden del 6%. O sea, la mitad.
Este resultado no es nada sorprendente, ya que mientras la mayoría de los productos tienen una tasa del IVA del 10%, los del sector primario tienen un 5%. Además, el IRAGRO no recauda como lo hace el IRACIS (impuesto a la renta de actividades no relacionadas al sector primario). Cuando se reformó el IRAGRO en el 2014, el Ministerio de Hacienda había estimado una recaudación de US$ 250 millones para el 2015, pero hasta el 2017 no llegó ni a los US$ 60 millones anuales.
Es importante entender entonces que el sector primario recibe un trato privilegiado en nuestra legislación tributaria. Tiene menor tasa del IVA y el IRAGRO tiene particularidades que no lo hacen recaudar como el IRACIS. Esto es importante porque el argumento de que no se deben subir impuestos al sector primario porque el Estado gasta mal o que los impuestos son robos pierden sentido. Aunque esa sea la visión ideológica, por lo menos por una cuestión de igualdad el Estado debería “robarnos” a todos por igual al 9%, no a unos al 10% y a otros al 5%.
Durante décadas hemos discutido el aporte del sector primario sin datos, pero hoy los tenemos. Su aporte no es tan insignificante como algunos cálculos lo afirmaban, pero sí es menor a su aporte económico. Es la mitad y tal número es lógico teniendo un IVA que es exactamente la mitad y un IRAGRO que no recauda como debería.
No me he metido en el tema la devolución del IVA a agroexportadores, ni en la polución ambiental de ciertos cultivos (el sector primario incluye toda actividad agropecuaria, no solamente la soja) ni otros aspectos que pueden ser un poco más complejos.
El punto que quiero hacer es simple: como mínimo se deben eliminar los privilegios del sector primario en el IVA e IRAGRO. No hay ningún motivo razonable para seguir manteniéndolos. No olvidemos que el sector primario era aún más privilegiado en el pasado. Antes del 2014 el IVA era del 0% para sus productos y el impuesto a la renta agropecuaria recaudaba mucho menos de lo poco que lo hace ahora. Ya han tenido décadas de privilegios, para pasar desde el 2014, a un privilegio menor, pero privilegio aún. Es hora de que este sector pague, por una simple cuestión de igualdad ante la ley, como el resto lo hace.
Fuente: Tereré Complice