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Lila Molinier elaboró una Nota Política para Jaha Japolí en la cual realizó un análisis de la situación de la educación en el Paraguay, como los principales desafios como también propuestas de políticas públicas para la reducción de las desigualdades y democratización en el sistema educativo.

  • Un derecho humano

La educación es un derecho humano y un bien común público vinculado con la formación del ser humano, como persona individual y social. El derecho universal a la educación integral y permanente es reconocido por la Constitución Nacional (1992) que establece disposiciones avanzadas para su ejercicio y las suficientes garantías del Estado para el logro de su equidad, eficacia, eficiencia, calidad y sostenibilidad (Art. 73-80).

  • Sin discriminación

El derecho a la educación es el derecho a la educación pública y gratuita de calidad, sin discriminaciones de ningún tipo. Es importante que los sujetos directos de la educación así como las comunidades educativas y los tomadores de decisiones, incorporen esta dimensión de los derechos humanos, de los derechos sociales y su integralidad (Corvalán, 2015).

  • La educación en Paraguay

En Paraguay, la gratuidad de la educación pública está vinculada con su obligatoriedad en el caso de la educación inicial, la escolar básica y la media[2], y por otro lado, con la oferta gratuita de servicios educativos en instituciones públicas del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC)[3]. Con ello, se protege y garantiza la educación de la niñez, desde la primera infancia, y la adolescencia. También es gratuita la educación superior no universitaria (formación docente y técnica) de jóvenes de 18 años y más, ofrecida por el MEC. En cambio, la educación universitaria de grado, ofrecida por las universidades nacionales de Asunción y del interior del país, es altamente subsidiada, pues los estudiantes no pagan cuotas sino aranceles por todos los trámites administrativos.

En relación con la población de edad y estudiantes del subsistema obligatorio, existen dos programas ampliados de gratuidad consistentes en la entrega de la canasta de útiles escolares y en el suministro del complemento nutricional. Además, desde 2005 existe el Programa Tekoporâ, de transferencias monetarias con corresponsabilidad (TMC) para hogares pobres y vulnerables (que ha pasado por varias modificaciones hasta la actualidad). Este programa promueve el acceso y permanencia escolar de los niños y adolescentes, con una cobertura en 2015 y 2016 que apenas superó el 30% de los dos quintiles más pobres según la distribución del ingreso[5]. En el caso de la canasta de útiles escolares, fue objeto de una considerable expansión desde el 2010, al incluir a todos los alumnos del sistema obligatorio, así como de la formación docente y la educación permanente, impartida en las instituciones públicas y subvencionadas (Molinier, 2014a, pp.27-29). Su ejecución en 2016 benefició a 1.188.386. estudiantes, a un costo total de 70.311 millones de guaraníes (MH, 2017, p.59), equivalentes a 59.000 guaraníes o 10 dólares, aproximadamente, por persona.

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