La chilena Marcela Ríos, directora para América Latina del instituto, dice que existen diferencias entre las formas de menoscabar, vulnerar y acosar en el espacio virtual a figuras femeninas.
La presencia de mujeres en las esferas públicas de la región no ha asegurado una repartición igualitaria del poder, ni ha evitado que sigan expuestas a la violencia y el acoso político, dice la socióloga y politóloga Marcela Ríos Tobar, directora para América Latina y el Caribe del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), en una conversación telefónica.
Ríos, quien se encuentra de visita en Santiago para presentar este miércoles el estudio Violencia política de género en la esfera digital en América Latina, se remite a una seguidilla de renuncias de lideresas a nivel global, como las jefas de Gobierno Jacinda Ardern, en Nueva Zelanda; Sanna Marin, en Finlandia, y Nicola Sturgeon, en Escocia, debido al hartazgo, incluso miedo, debido a los persistentes ataques en su contra a través de las redes sociales en los últimos años.
Si bien no es nueva, la violencia en contra de las mujeres en política, organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos y organismos electorales, se ha transformado al ritmo que las nuevas tecnologías de comunicación definen las formas de interacción y debate público, señala Ríos.
Las redes sociales expanden y aceleran las manifestaciones de la violencia de género, según el informe de IDEA Internacional que se ha basado en estudios y encuestas de una docena de países de la región, entre ellos, Chile. No se trata de ataques a las propuestas políticas de estas figuras, sino de cuestionamiento de sus capacidades, apariencia, vida íntima. Los tipos de ataques van desde insultos hasta la difusión no consentida de imágenes privadas y una creciente tendencia a la utilización de la Inteligencia Artificial para crear falsas y humillantes escenas, además de amenazas.
Para Marcela Ríos, quien fue ministra de Justicia del Gobierno de Gabriel Boric entre 2022 y 2023, estos tipos de violencia se ensaña particularmente con las mujeres, con el fin de obstaculizar su participación política: “Esto es algo muy extendido. No es solo contra las mujeres de un sector político, lo sufren aquellas de izquierda y de derecha por igual”.
A la par, comenta que “las mujeres son los principales objetivos y víctimas de la violencia digital”, dado que “las formas de menoscabar, de vulnerar, y acosarlas en el espacio virtual es diferente a la sufrida por los hombres”.
El triple estigma
La situación se acentúa cuando se trata de lideresas de comunidades indígenas o afrodescendientes, pues la discriminación que tiene una dimensión xenófoba o racista. Ríos afirma que en América Latina existe una triple vulnerabilidad para las mujeres pertenecientes a grupos históricamente marginados.
Si algo define a estos actos de violencia es su connotación pública. Lo que plantea el análisis de IDEA Internacional es que, aunque pueden ser perpetrados a título individual, buscan enviar el mensaje de que las mujeres, como grupo social, no merecen estar en política.
En 2018, Naciones Unidas alertó que existen patrones como ridiculizar a estos liderazgos femeninos en política, devaluar sus capacidades y competencias, practicar el mansplaining, objetivarlas sexualmente, avergonzarlas sexualmente y otras acciones.
El amplificador: la desinformación
La desinformación contribuye a la amplificación del problema. “Sin duda, las formas de violencia digital están conectadas con la desinformación. En tanto, hay una dimensión de género respecto a la desinformación”, asevera Ríos.
Lo que ha detectado es un particular modo de distribuir noticias falsas respecto del comportamiento de las mujeres en política, capacidades y apariencia. “Se generan verdaderas campañas de desinformación que tienen un fuerte contenido sexista, que buscan, en algún sentido, disciplinar a las mujeres. Como que se trata de volver a reafirmar la separación entre lo público y privado y reafirmar esta noción que a las mujeres les corresponde un cierto lugar en la sociedad y que ese lugar que nos corresponde es el lugar de lo privado”, señala.
Esto se suele observar, a menudo, en comentarios realizados en redes sociales sobre mujeres en política, tales como “regresa para la casa, no sabes nada”. Según la directora de IDEA Internacional, esta es una práctica recurrente dentro de las formas de hostigamiento. “Hay una coincidencia entre el aumento de la representación y las nuevas tecnologías de información y la utilización de inteligencia artificial y redes sociales. ¿Qué se puede hacer para enfrentarla? Es muy importante regular”, añade.
Hay varios países de la región que establecieron regulaciones para abordar los riesgos de la desinformación de género y proteger a las víctimas de la violencia en la esfera virtual, como Bolivia, Costa Rica, Panamá y Perú. “Es importante continuar ese camino y que las naciones que no han regulado, lo hagan y establezcan sanciones. Sin embargo, más allá de las reglas y las leyes, también se necesita capacidad de acción, implementar esas normativas. Se requiere abordar de manera colectiva este problema”, subraya Ríos.
Fuente: Diario El País