Las familias campesinas e indígenas fueron afectadas de manera diversa por la paralización de las actividades productivas en el marco de la pandemia.
Se parte del supuesto de que para las familias que operan en fincas de reducido tamaño, cuyas actividades, en gran medida, se desarrollan fuera de estas fincas, los efectos en su economía fueron más severos, al depender sus ingresos, mayoritariamente, de la changa y de otro tipo de actividades laborales. En cambio, para aquellas familias con mayor capacidad productiva, la pandemia tuvo menor incidencia en su economía.
En este breve artículo se recoge la experiencia del Movimiento Camoesino Paraguayo (MCP), una organización nacional fundada en 1980 y que tiene sus asociados en varios departamentos y municipios del país. En estos municipios operan grupos organizados de hombres, mujeres y jóvenes que monitorean permanentemente las condiciones en las que sobreviven las familias y cuentan con canales directos de comunicación con ellas. Por ello, la propuesta se centró en reunir las opiniones, las percepciones y los comentarios de los y de las principales referentes de esta organización, así como de hombres y mujeres afectados/as por la crisis, sobre aspectos relevantes provocados por la pandemia.
El resultado que se presenta a continuación es fruto de la realización de un grupo focal con los principales dirigentes de la organización, así como un taller presencial con 20 asociados/as.