Al igual que en los últimos años, el agronegocio sigue avanzando y con él las consecuencias negativas para el ejercicio de los derechos y el deterioro de las condiciones de vida. Aunque en el último año no se haya aprobado la utilización de nuevas semillas genéticamente modificadas y se haya dado una leve disminución de agrotóxicos, la expansión se manifiesta territorialmente (con más de 120 mil hectáreas) y con el avance de nuevos rubros (arroz y cultivos forestales). También ha ido en aumento la violencia contra comunidades campesinas e indígenas y de manera mucho más explícita, la articulación política – independientemente de los partidos– de quienes defienden el modelo hegemónico.
El modelo de los agronegocios –tanto en su versión agrícola como ganadera– es responsable directo del cambio climático que repercute en la producción de alimentos y en la cada vez mayor dependencia alimentaria, así como también en la producción de gases de efecto invernadero. La pérdida de semillas locales es una realidad desde hace tiempo denunciada por organizaciones campesinas, así como también la pérdida de la biodiversidad y de los recursos hídricos del país. Afecta directamente las condiciones de vida de animales silvestres principalmente por la deforestación descontrolada, y de las poblaciones humanas, tanto por la exposición a los agrotóxicos, como por la soja transgénica en la alimentación de las personas. La actual crisis climática es analizada centrándose en su relación con la concentración de la tierra y la deforestación en el país, evidenciando también los negocios que pretenden
aprovechar la crisis.
En esta edición de «Con la soja al cuello. Informe sobre Agronegocios en Paraguay 2021», al igual que en ediciones anteriores, se analizan diferentes dimensiones del agronegocio con la rigurosidad académica de importantes especialistas nacionales e internacionales en la temática.
Fuente: BASE Investigaciones Sociales