Históricamente la deuda pública, en particular la deuda externa, es una de las mayores problemáticas de los estados latinoamericanos, debido a las crisis sociales y políticas vinculadas a ella. En los países “chicos”, es decir de poco poder monetario y económico per-se, con niveles de dependencia fuerte respecto a otras economías, un nivel alto de deuda suele cristalizar las angustias por crisis sociales y humanas intensas en un corto o mediano plazo, porque “pagar la deuda” — cuando dicha deuda alcanza una situación de crisis, es decir niveles que plantean posible cesación de pago—, siempre ha significado, en nuestro continente sur, reducir el gasto público como primera medida de respuesta política.
En un país tan desigual como Paraguay, la reducción del gasto público golpearía a los que dependen de dicho gasto para su sobrevivencia diaria: el funcionariado, los sectores que dependen de la salud y educación públicas o reciben subsidios públicos.