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23 al 28 de marzo (1999): Semana de la dignidad ciudadana

semana de la dignidad Decidamos_flyer 1

Por Decidamos

Del 23 al 28 de marzo, se recuerda la Semana de la Dignidad Ciudadana, por los acontecimientos de 1999 desarrollados, fundamentalmente, en las plazas frente al Congreso de la República de Asunción, rodeadas por los edificios de la Central de la Policía Nacional, la Universidad Católica, la Catedral Metropolitana y el nuevo edificio del Poder Legislativo. A esta semana de heroísmo cívico y sacrificio, que llevó la vida de siete jóvenes asesinados, también se ha denominado el “marzo paraguayo”.

Después del asesinato del vicepresidente de la República, Luis María Argaña, con acusaciones contra el oviedismo[1] como autor intelectual de su muerte y en connivencia o complicidad, como quiera llamarse, del presidente, Raúl Cubas, la sociedad no sujeta a ese movimiento político, lo enfrentó, pidió justicia por el asesinato y el juicio político a Cubas. El lugar de manifestación fueron estas plazas y allí se fueron concentrando las personas de diversos sectores urbanos, mayoritariamente jóvenes, incluyendo campesinos que se estaban concentrando para la tradicional marcha campesina, en reclamo de una serie de demandas que afectan al sector rural. Estuvieron por una semana, con el apoyo de la ciudadanía que les proveía de agua, alimentos básicos, aliento.

En contraposición, los grupos paramilitares del oviedismo estaban provocando reacciones para desatar mayores niveles de violencia contra esa multitud indefensa o solo pertrechada por sus convicciones cívicas para defender el régimen democrático en riesgo, pedir esclarecimiento y justicia por el asesinato y juicio político al presidente, que en todo momento se presentaba como un subordinado o títere del ya entonces general en retiro Lino Oviedo.

¿Cómo se llegó a esta situación?

Un antecedente no lejano fue la movilización ciudadana en la crisis del 22 al 24 abril de 1996, ante el intento de golpe de Estado militar de Oviedo, por su pase a retiro e insubordinación contra el presidente constitucional Juan Carlos Wasmosy; acontecimiento que también recuerda el calendario de Decidamos con el 25 de abril como Día de la civilidad.

Marzo paraguayo

Debilitado el oviedismo, como movimiento estrictamente militar, pasó a movilizarse como movimiento político. Sus métodos eran de intimidación, violencia, creando clientelas entre sectores muy pobres, reivindicando un mesianismo militarista (un salvador autoritario) en alianza con algunos grupos empresariales muy ricos, con mecanismos de corrupción crecientes y amenazando a toda oposición a sus designios. El contexto era de sectores políticos colorados como de oposición, que se prestaban a su juego, en una crisis económica iniciada en 1995 y con una población desencantada con la transición democrática vivida hasta entonces.

Las elecciones de 1998 ganaron la dupla colorada Raúl Cubas-Luis María Argaña. Pero a nivel popular siempre se hablaba de tres candidatos Cubas, Oviedo -su patrón- y Argaña. Entonces, Oviedo se hallaba condenado por el intento de golpe de Estado de abril de 1966; apenas asumida la presidencia, en agosto de 1996, Cubas decreta inconstitucionalmente su libertad. En diciembre de 1998, la Corte ratifica la prisión de Oviedo y su movimiento despliega desde entonces niveles crecientes de violencia que culminarán con el asesinato del vicepresidente.

Lo memorable es y será la reacción ciudadana de resistencia para rescatar a la democracia en creciente peligro frente a la escalada autoritaria-fascista, a pesar de las amenazas y escaramuzas con la mirada cómplice de la Policía controlada por el oviedismo. Como no logran desalojar la plaza, francotiradores de ese sector, como se probó en los informes posteriores, disparan contra la multitud desde las azoteas del vecino edificio Zodiac. Asesinan a siete jóvenes y hieren a muchos más. A pesar de ello, los sobrevivientes resisten y se quedan. Entre quienes vienen a visitarlos y alentarlos, se encuentra el jesuita Francisco de Paula Oliva, quien oficia una misa en medio de esa tensión, temor y expresiones de una valentía cívica que mostró y reiteró que estaba viva y defendía al régimen democrático amenazado. Resistir en la plaza era entonces una prueba de arriesgar su propia vida.

Las fuerzas democráticas nacionales estaban representadas en la lucha por esa plaza frente al congreso donde se congregaba la civilidad por la demanda de renuncia de ese presidente que había demostrado no ser más que un peón de su patrón. Al final, Cubas renuncia y el entonces presidente del Congreso, Luis González Macchi, inicia un gobierno de coalición.

Estas notas de recordación de estos acontecimientos pasados sirven como ejemplo de conductas de personas y organizaciones en sus luchas democráticas por una vida mejor de paraguayas y paraguayos, y para evitar repetir errores que dañan a la gente y al desarrollo del Estado-nación.


[1] El oviedismo es un movimiento personalista y militarista que comienza por llevar el nombre de su líder, el general Lino Oviedo. Se origina dentro del ejército y se expande al Partido Colorado donde se transforma en corriente interna y posteriormente a actores muy heterogéneos de la sociedad civil. Luego del pase a retiro de Oviedo en 1996 se centra en el movimiento político enfatizando sus rasgos mesiánicos, autoritarios, discurso nacionalista-folklórico y reivindicador de sectores pobres mientras se alía a grupos empresariales, periodísticos y sectores medios y avanza en su control social con métodos de choque-fascistas para imponerse. [NB. No corresponde una caracterización militarista-fascistas porque el militarismo tiene como eje a las FFAA que subordinan al o a los partidos como en tiempos de la dictadura de Higinio Morínigo mientras que, el fascismo tiene como eje el poder del partido en todos los ámbitos incluyendo la subordinación del Ejército al Partido].

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