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El tiempo se acaba ¡el futuro es ya!

By 5 junio, 2023No Comments

Posicionamiento de la campaña

Nuestro planeta se encuentra en un momento crítico producto de un sistema económico que ha priorizado la obtención exponencial de ganancias ocasionando crisis multidimensionales que ponen en riesgo a los ecosistemas y al bienestar de las personas.

Además de la profundización de las enormes desigualdades existentes nos enfrentamos a un punto de no retorno en el que se exacerbarán las vulnerabilidades ambientales que ponen en riesgo los derechos humanos de todas las personas, pero particularmente de aquellas que forman parte de los grupos históricamente discriminados y de nuestros territorios en el Sur Global. Cualquier decisión que se tome hoy afectará la sostenibilidad de la vida digna presente y futura.

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Las raíces

Lo que hoy es una emergencia, tiene raíces históricas ancladas en los procesos extractivos sobre los que se fundaron regímenes de bienestar en los hoy países ricos, sumado a un sistema financiero internacional injusto y neo-colonial que jamás responderá a los derechos humanos si no se reforma. Modelos económicos altamente insostenibles como el capitalismo, el consumismo y el extractivismo han acumulado riqueza para unos pocos, sobrepasando los límites naturales del planeta a través de la sobreexplotación de recursos en los territorios del Sur Global y la generación de altos niveles de contaminación que han derivado en colapsos ambientales como la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, que según la ciencia, ya están teniendo efectos irreversibles.

De continuar el ritmo actual, podría conducirnos a un punto de no retorno, que podría implicar una sexta extinción masiva ¡la primera ocasionada por modelos económicos!

Políticas basadas en ciencia

Los últimos informes y proyecciones de la comunidad científica y de las Naciones Unidas son alarmantes pues plantean una “alerta roja para la humanidad” al señalar que quedan menos de 3 años para alcanzar el límite de emisiones de gases contaminantes que permita frenar oportunamente la crisis climática y llegar a un escenario seguro para la vida. De no efectuarse cambios en los patrones de consumo y producción de los países ricos y las personas multimillonarias, se estima que el aumento de la temperatura alcanzaría 3.2°C, lo que conllevaría a grandes riesgos para la vida en el planeta y no corresponde con uno de los objetivos planteados en el marco del Acuerdo de París para limitar el aumento de la temperatura a 1.5°C.

Nuestras demandas

Urge actuar de manera inmediata, ante el riesgo inminente de la extinción del planeta no hay tiempo para distracciones, necesitamos soluciones reales que respondan a la magnitud de la emergencia y se construyan desde un enfoque sistémico de justicia climática, económica, feminista y decolonial.

Las organizaciones y redes impulsoras de esta campaña hacemos un llamado urgente sobre la base de las siguientes demandas:

Al Norte Global:

Reducción de emisiones: Bajo el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas demandamos acciones inmediatas a nivel de todos los gobiernos, pero principalmente de los países industrializados del Norte Global que, junto a las grandes corporaciones de combustibles fósiles, son los principales responsables de la histórica deuda climática con las personas y el planeta. Deben frenar sus inversiones en combustibles fósiles a escala global; reducir su consumo de recursos y energía; acelerar su transición hacia nuevos modelos de desarrollo bajos en carbono, sin que ello profundice el extractivismo en el Sur Global, en el marco de una falsa “transición verde” que continúe la depredación y despojo en nuestros territorios.

Soluciones Reales: También le exigimos al Norte Global que deje de promover falsas soluciones a la crisis climática como los mercados de carbono, la carbono neutralidad y las tecnologías de captura de carbono, que no resuelven el problema y solo ahondará aún más las desigualdades.

Daños y Pérdidas: Exigimos que, en el marco de una reparación justa de la histórica deuda climática, los países industrializados aceleren el diseño y operativización del nuevo fondo para daños y pérdidas, aprobado en la COP27, para garantizar financiamiento público no-reembolsable para cubrir las millonarias pérdidas que están siendo causadas por los eventos climáticos extremos y por impactos de avance lento, que afectan de manera desproporcionada a los grupos más vulnerables y que serán cada vez más frecuentes y devastadores.

Financiamiento: Exigimos financiamiento climático nuevo y adicional que no genere deuda, más allá del objetivo incumplido de movilizar USD 100.000 millones anuales desde 2020, que responda a necesidades reales especialmente de adaptación. Vemos con mucha preocupación que el 81% del financiamiento climático público internacional se canalizó a nuestra región a través de préstamos, incluso para temas de adaptación. También vemos necesario buscar otras alternativas, como una nueva emisión de Derechos Especiales de Giro, y/o cancelación del pago del servicio de deuda por parte de acreedores públicos y privados, principalmente para países afectados por eventos climáticos extremos.

Al los gobiernos de América Latina y el Caribe:

  1. Políticas climáticas:
    a) Mayor priorización de la agenda climática y transversalización de la variable climática en todos los sectores de la economía, para lograr sinergias entre la agenda económica, climática y de desarrollo, que permitan implementar soluciones integrales y con visión de largo plazo a las múltiples crisis que estamos enfrentando, y que estén alineadas a la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 y al cumplimiento del Acuerdo de Escazú.
    b) Mayor ambición climática, ya que los actuales compromisos establecidos en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas son altamente insuficientes y no conducen a los escenarios recomendados por la ciencia en el marco del Acuerdo de París.
    c) Avanzar en la implementación de dichos compromisos climáticos de manera urgente.
    d) La implementación de políticas y acciones que prioricen la adaptación y protejan la riqueza natural de nuestros países, así como a las comunidades que la preservan, penalicen su destrucción y atiendan oportunamente emergencias derivadas de la crisis climática. Urgen reducir los riesgos latentes de la crisis climática sobre la salud, la seguridad alimentaria e hídrica de nuestra población, así como la preservación de especies y ecosistemas naturales, tan importantes para la regulación del clima y otros fenómenos que permiten la vida en el planeta. Todo ello, trastocando la injusta división sexual del trabajo, garantizando que no sean las mujeres en toda su diversidad quienes continúen subsidiando la adaptación con su trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.
  1. Hacia una transición justa: Exigimos un cambio en la matriz energética y económica de nuestros países, en busca de modelos alternativos de desarrollo y nuevos paradigmas que dejen de estar arraigados al extractivismo y que nos permitan emprender cambios transformacionales, rescatando nuestros saberes y la propuesta feminista de sostenibilidad de la vida. Reconociendo que para ello es necesario tener espacio fiscal y soberanía económica, siendo fundamental la transformación de la arquitectura financiera global.
  2. Agenda regional común: Exigimos a nuestros gobernantes de la región que se unan para llevar propuestas concretas a los espacios internacionales de negociación, que amplifiquen nuestra voz, pues somos quienes injustamente estamos viviendo la mayor afectación de la crisis climática.

La historia los ha situado a ustedes en un lugar privilegiado en un momento crítico, donde es necesario tener valor para tomar las decisiones correctas. Demandamos que sean corresponsables en nuestra existencia y no cómplices de la catástrofe. Las decisiones de financiamiento y políticas de desarrollo que se tomen HOY serán decisivas, no podemos dar marcha atrás. Como el nombre de nuestra iniciativa menciona: “El tiempo se acaba ¡el futuro es ya!” ¡Justicia para el planeta y el bienestar de las personas!

Fuente: Latindadd – Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social