Por Salvador Romero Ballivián
(Director de IDEA Internacional en Paraguay)
El domingo 30 de abril, el verano dio un último coletazo, y en una jornada calurosa y húmeda, Paraguay celebró su octava elección presidencial consecutiva desde 1989, tras el derrocamiento de la dictadura de Alfredo Stroessner, que sumó tardíamente al país a la tercera ola de la democracia. Aunque el dato pasó desapercibido, vale la pena subrayarlo: con estos comicios, se igualaron las ocho presidenciales autoritarias, sucesiva y abrumadoramente ganadas por Stroessner entre 1954 y 1988.
Si en los años recientes la participación latinoamericana mostró, en general, un signo declinante, el modesto avance en estos comicios fue insuficiente para alcanzar la media paraguaya y constituyó otra faceta del desencanto ciudadano.
Fuente: Boletín 6 Saka