Ante la intención de parlamentarias y parlamentarios de modificar el nombre de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Senadores, el Grupo Impulsor de la Paridad Democrática expresa cuanto sigue:
La Comisión de Equidad y Género es el mecanismo específico creado para implementar el mandato constitucional de igualdad real establecido por el art. 48, cuya interpretación plena debe articularse con los arts. 46 y 47 de igualdad y no discriminación y el de garantía de derechos.
La propia Constitución Nacional reconoce que existe desigualdad de la mujer en la sociedad y en consecuencia el texto constitucional es claro al instituir la obligación del Estado de adoptar medidas para que “la igualdad sea real y efectiva”, es decir en el derecho y en los hechos. El mandato constitucional obliga al Estado a “promover condiciones” y “crear mecanismos adecuados” para lograr que la igualdad se realice en la práctica, “facilitando la participación de la mujer en todos los ámbitos de la vida nacional.” (art.48 CN).
Eliminar la palabra género del nombre de esta Comisión Parlamentaria es desconocer que la categoría género es indispensable para que los derechos de las mujeres sean reconocidos y plenamente ejercidos. Es desconocer que la desigualdad es la expresión de la discriminación y que la discriminación contra las mujeres en razón de género sea directa o indirecta, se da cuando las leyes, las políticas y los programas aparentemente neutros ignoran las necesidades e intereses específicos de las mujeres.
El análisis de género y el desarrollo de políticas de género son herramientas fundamentales para la búsqueda de igualdad real y del derecho a una vida libre de toda forma violencia hacia las mujeres.
Por tanto, cuando se busca eliminar la palabra género de los mecanismos institucionales y de las políticas públicas se contribuye a que sigamos lamentando feminicidios, abusos en niñas, trata para la esclavitud sexual, violencia política, exclusión de las mujeres de las decisiones políticas, porque todo esto encuentra su raíz en la desigualdad.
Exigimos que desde el Parlamento se detenga la agresión hacia las mujeres, se frene el menoscabo de su voz pública y de sus luchas y, que en vez de impulsar acciones que buscan destruir el progreso de nuestros derechos, se ocupen de aprobar políticas que lleven los derechos a los hechos, como la Política de Cuidados, o la Ley contra la violencia política de género que se encuentran olvidadas en sus cajones.
Exigimos a las mujeres parlamentarias que representen los intereses de las mujeres y no los intereses patriarcales y misóginos que perpetúan la discriminación y dañan la dignidad de miles de mujeres a diario en nuestro país.
Fuente: Grupo Impulsor de la Paridad Democrática