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Comida y Pandemia

Comida y pandemia. Qué estamos comiendo a diario?

¿Qué nos dicen nuestros hábitos alimenticios?

Ramón Cardozo
Decidamos
Abril 2020

Productor de la agricultura campesina
Foto: Decidamos

En este contexto de pandemia, muchos memes hacen referencia a la cuarentena y a la comida, quizás por la ansiedad del aislamiento decretado por el gobierno nacional, intentado aplanar la curva de contagio del Covid-19.

Entre chistes y realidades, ¿Sabemos realmente de dónde viene lo que comemos? ¿Nos preocupa saberlo? ¿Nos preocupa saber la relación entre lo que comemos y las enfermedades que padecemos? Pues muchos dicen: dime qué comes y te diré cuál es tu enfermedad…

Es lógico entender que la calidad de la salud es directamente
proporcional a la calidad de la alimentación, comemos mal y nos
enfermamos. Pero, ¿tiene algo que ver la pandemia con lo que
comemos? ¿Cómo es esto? Para entenderlo, necesitamos saber que para
producir alimentos se necesitan espacios físicos, insumos y manos de
obra que las produzcan.

Modelos productivos

En Paraguay existen tres modelos productivos 1) el empresarial, 2) el familiar campesino, y 3) el indígena. Estos 3 modelos utilizan de manera diferente las tres variantes: espacios físicos, insumos y manos de obra. Por ejemplo, en el caso empresarial para 200 hectáreas de un solo rubro como la soja, se necesita al menos 1 (una) persona para producirla (WWF, 2010)1; mientras que, el modelo familiar campesino produce con 3 personas en 10 hectáreas 8 rubros de renta (algodón, mandioca, poroto, maíz tupi, maíz locro, maní, sésamo, hortalizas), además de los cultivos para el autoconsumo de la familia (UNA-FCA, vol 8 n°1)2.

Notoriamente, el modelo productivo que necesita amplios espacios físicos para un rubro, que utiliza poca mano de obra, altos insumos externos a la finca (gasoil, fertilizantes, agrotóxicos, deforestación) y que atenta gravemente contra el medio ambiente por cada unidad productiva, es el más valorado, frente a un modelo que produce diversas variedades de cultivo por unidad productiva, ocupa mucha mano de obra, no utiliza grandes cantidades de insumos externos a la finca, es más, varios de los insumos son elaborados por las propias familias campesinas, y lo más importante del modelo campesino, es que cuida y preserva el medio ambiente.

Mirando estos escenarios del modelo empresarial y el campesino, no es descabellado pensar que la forma productiva que utiliza grandes extensiones de terreno es la que más causa desequilibrios en la naturaleza.

Escenarios

Actualmente, Paraguay tiene más de 3.500.000 hectáreas de soja, según la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas –Capeco-3, estas fueron posible avanzando sobre superficies que, anteriormente eran bosques o comunidades campesinas y/o indígenas que coexisten con superficies boscosas. En tanto que la Agricultura Familiar Campesina –AFC- ocupa 1.960.081 hectáreas según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG, 2018)4 y, es la responsable de producir la mayor diversidad y calidad de alimentos.

Volvemos a las preguntas iniciales, ¿qué comemos?, ¿quiénes y
cómo producen esos alimentos? Es habitual consumir de la agricultura
campesina un plato de comida que contenga porotos, mandiocas,
hortalizas y maíces; también estamos habituados a consumir rubros
del modelo empresarial, en aceites, harinas, azúcares y arroz.

¿Cuál de estos modelos producen alimentos más sanos y cuál produce alimentos más determinantes en problemas relacionados con la salud? ¿Es decir, la producción de qué modelo productivo los médicos y nutricionistas recomiendan su mayor o menor consumo? Entonces, una vez más vemos como la alimentación está relacionada con la salud.

Desequilibrio ambiental

Existen muchas especulaciones sobre los inicios de la propagación del Covid-19 -y no hablaremos de ello por no contar con ninguna evidencia sólida en cuanto a las mismas-, sí podemos hablar con propiedad del dengue y su medio de transmisión y control –que, según datos oficiales, hasta el 20 de marzo, 51 personas habían fallecido y se tenían registrado unos 23 mil casos confirmados5.

Para el caso de esta enfermedad transmitida por el mosquito, existen demasiadas evidencias que apuntan al desequilibrio ambiental, por ejemplo, la deforestación, como la causante del pico endémico que tuvimos en Paraguay este año 2020. La mejor manera de controlar al dengue es hacer el menor impacto ambiental posible, que tiene que ver con nuestro actuar diario; como las basuras que generamos, y en algunos casos son arrojadas en cualquier lugar y, estos se convierten en criaderos del mosquito transmisor del dengue. Pero, además, una de las causas principales de la aparición y propagación de estas y otras enfermedades, es la deforestación masiva de nuestros bosques.

Hoy es el Covid-19 y el dengue, mañana serán otras enfermedades que vendrán, debemos estar preparadas y preparados, la mejor opción de sobrevivir, es cuidando nuestro entorno natural, ademas de mejorar nuestra alimentación y nuestro modo de consumo. La alternativa es cambiar nuestros hábitos para disminuir la posibilidad de problemas sanitarios a futuro y tener una vida mejor.

Apoyo a la Agricultura Familiar Campesina

Hasta ahora, es largo y difícil lo que tenemos que andar, contrariamente a todo, seguimos creyendo que el modelo empresarial es la solución, mientras los modelos indígenas y campesinos se encuentran en situaciones de vulnerabilidad extrema, con casi nulas políticas públicas para su defensa, promoción y cuidado, está claro que estas últimas formas de vivir en las comunidades campesinas, son las que nos garantizan poder alcanzar soberanía alimentaria y nutricional.

Finalmente, les invito a la reflexión de revisar ¿Qué estamos comiendo a diario? recordando que con nuestros hábitos alimenticios, también estamos cuidando nuestra salud, además de proteger el medio ambiente y, disminuimos la posibilidad de aparición de nuevas enfermedades que resulten de la destrucción de nuestro medio ambiente, en este único planeta que tenemos para vivir. En estos tiempos de pandemia, lo más recomendable es consumir alimentos del modelo indígena y campesino; el Covid-19 vino para quedarse, asumamos nuestro rol y responsabilidades.

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