Cuando se empieza a hablar de deuda, generalmente, se generan dos tipos de reacciones inherentes a la historia y la acostumbrada gestión política de la misma.
Por un lado, la deuda (y su aumento) genera miedo, tanto desde una experiencia individual (experiencias con Informconf, el endeudamiento personal como círculo vicioso, los créditos usureros) como colectiva (la crisis de la deuda argentina, las crisis monetarias, la bancarrota, la dominación ejercida por las instituciones financieras internacionales, entre otros ejemplos).
Por otro lado, en general la deuda pública genera interrogantes y sensación de ignorancia – un debate intimidante, muchas veces porque es abstracta y vehiculiza conceptos muy ajenos a nuestra realidad, cifras colosales que tiene que ver con niveles de poder a los cuales no accedemos, además de sobrecargarla de un tecnicismo inentendible.
El objetivo de este documento es aclarar la problemática de la deuda y ubicar el tema en la realidad actual y el momento que vivimos (abril de 2020, pandemia por coronavirus).