[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][image_with_animation image_url=»2883″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][vc_column_text]Ante el debate público sobre cobros de tasas militares en relación al Servicio Militar Obligatorio (SMO), el cual se ha extendido a la misma finalidad o razón de ser del SMO, desde Decidamos – Campaña por la Expresión Ciudadana, manifestamos lo siguiente:
Consideramos que el SMO no es una alternativa válida para la juventud, y que el mismo no realiza contribución alguna para los desafíos que tenemos como sociedad. El SMO sigue constituyendo un sinónimo de prácticas y principios contrarios a la democracia, como el autoritarismo, la obediencia ciega, la sumisión a una estructura verticalista sin posibilidad de pensar distinto, la resolución violenta de conflictos, entre otros.
Datos oficiales sobre la situación de pobreza y vulnerabilidad económica de adolescentes y jóvenes (franja de edad de 15 a 29 años) son realmente preocupantes: unos/as 468.000 están en situación de pobreza; y alrededor de 856.000 se encuentran con v ulnerabilidad económica. Es decir, alrededor de 1.300.000 adolescentes y jóvenes paraguayos/as sufren una privación absoluta o muy limitado acceso a derechos como la educación, la salud y el trabajo.
Lo dicho en el punto anterior es una muestra de que las respuestas que precisa la juventud paraguaya desde el Estado, deben estar centradas en planes y acciones que contribuyan a mejorar su calidad de vida y que les garanticen acceso derechos. Y el SMO de ninguna manera es una respuesta efectiva y apropiada ante la pobreza y vulnerabilidad que sufren una gran cantidad de jóvenes paraguayos.
Por tanto, exhortamos a las autoridades correspondientes a invertir esfuerzos en el diseño, implementación y fortalecimiento de políticas públicas que realmente permitan que las y los jóvenes tengan acceso a derechos y a oportunidades para desarrollarse, realizarse como personas y contribuir a la sociedad.
No es posible pensar en un país con buen presente y futuro si no se invierte en garantizar educación, salud, trabajo y otros derechos para la juventud. Y si se sigue priorizando el SMO como respuesta para dicho sector, el Estado seguirá errando el camino.
Nuestro país necesita jóvenes que aprendan a convivir con pluralidad, solidaridad y tolerancia. Una cultura belicista no es posible sostenerla en este siglo.
La paz es el camino.
Asunción, 27 de diciembre de 2018
Foto: Jorge Sáenz
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